Cuando el cristalino se torna opaco y duro le llamamos catarata.
Existen muchos tipos de catarata las relacionadas a la edad,
las congénitas, las traumáticas, las secundarias a alteraciones
sistémicas (relacionadas a otras enfermedades del organismo), etc. Se
han llegado a describir muchos tipos diferentes de catarata; sin
embargo, por mucho las más frecuentes son las cataratas relacionadas
con la edad.
Las cataratas relacionadas con la edad se presentan
generalmente después de los 50 años en un porcentaje que varia del 15 al
30% y este porcentaje se va incrementando con la edad siendo del 60 al
80% después de los 70 años de edad. Es la primera causa de ceguera
reversible en el mundo. De manera general se presentan en ambos ojos,
aunque el desarrollo puede ser asimétrico (se afecta primero un ojo que
el otro). La opacidad del cristalino se va presentando de manera gradual
y constituye un dato de envejecimiento del mismo, así que el paciente
va perdiendo poco a poco su capacidad visual y mientras se va
incrementando la opacidad el paciente pierde cada vez más su visión.
Otros síntomas frecuentes son la visión borrosa, la visión de halos (se
percibe como una aureola alrededor de una fuente luminosa) y la visión
“como con niebla”; al mismo tiempo que el cristalino se va haciendo
opaco también se va haciendo más duro, lo que al final constituye una
catarata total.
Las otras formas de catarata se pueden presentar a cualquier edad.
El tratamiento de las cataratas siempre es quirúrgico (con
cirugía) no hay manera de revertir el proceso una vez que ha empezado a
desarrollarse. En la actualidad la tendencia es a realizar la cirugía en
etapas más tempranas, ya que la cirugía es más sencilla y las posibles
complicaciones se presentan con menor frecuencia (debido a que la
catarata es más blanda y es más fácil removerla). La técnica quirúrgica
actual es la Facoemulsificación con implante de lente intraocular (con
este lente se rehabilita la visión). Se realiza de manera general con
anestesia local (gotas) y bajo sedación para una mayor comodidad del
paciente, lo primero en hacer es una limpieza general y preparación del
ojo a operar, posteriormente se realiza una incisión pequeña sobre la
cornea (2 a 3 mm) por la que se introduce una zonda metálica que cuenta
con un sistema de ultrasonido y aspiración, el ultrasonido va
fragmentando poco a poco el cristalino al mismo tiempo que se van
aspirando los fragmentos hasta que se elimina por completo, quedando
solamente la “bolsita” (capsula del cristalino) donde se encontraba el
cristalino. Por la pequeña incisión se coloca el lente intraocular que
es un lente plegable, así entra por un pequeño espacio y dentro del ojo
se expande y toma su forma definitiva, por último se acomoda en su sitio
y se termina el procedimiento. Los cuidados post-operatorios son muy
sencillos y básicamente hay que evitar tocarse, aplicarse las gotas que
se indiquen y evitar esfuerzo físico importante. La rehabilitación
visual y la recuperación son muy rápidas.
Existen muchos tipos de lentes intraoculares y la elección del mismo será el que más le convenga a cada paciente.