martes, 7 de abril de 2015

¿Sabes qué es la dislipidemia?                     


Nuestro organismo está formado por billones de elementos vivos denominados “células”, las cuales a su vez están constituidas por proteínas, grasas (lípidos) y agua, entre otros compuestos. Si nuestro cuerpo fuera un edificio, “los ladrillos” están elaborados de capas de lípidos y proteínas; es por eso que el hígado es capaz de producir estas sustancias a partir de elementos muy sencillos que se obtienen de los alimentos; sin embargo,  también a través de lo que comemos, entran al organismo grandes cantidades de lípidos como por ejemplo, colesterol y ácidos grasos que, con frecuencia, no pueden ser eliminados con del torrente sanguíneo con  facilidad y  por lo tanto, se acumulan por debajo de la capa interna de los vasos sanguíneos produciendo obstrucciones de las arterias, (aterosclerosis) lo que provoca ataques al corazón (infartos),  enfermedad vascular cerebral (“embolias”), obstrucción de las arterias de las piernas, riñones, ojos etcétera.

La elevación de las concentraciones de lípidos en sangre se llama: dislipidema y, por desgracia, es una condición muy frecuente en los mexicanos, se calcula que más del 60 % de los adultos padecen una o varias formas de dislipidemia  ¡al mismo tiempo!  y,  esto obedece a factores genéticos,  malos hábitos alimenticios  pero sobre todo al aumento de peso corporal sobrebrepeso y obesidad.
Ahora es muy común que muchas familias  prefieran “comida rápida”, papas fritas, y grandes cantidades de azúcares simples;  como por ejemplo: refrescos, postres y golosinas
  
    

El colesterol es una grasa o “lípido” imprescindible para la vida y aunque nuestra alimentación fuese vegetariana, el hígado produciría todo el necesario ; sin embargo, también está presente en los alimentos de origen animal como por ejemplo: carnes, vísceras, yema de huevo, lácteos (quesos grasosos o amarillos, mantequilla, crema) y, si este tipo de alimentos se consumen en abundancia,  aumentarán las cifras sanguíneas de colesterol y por ello se convierte en un elemento nocivo para las arterias: acelera la aterosclerosis y producirá infartos.
    
El colesterol circula en la sangre “montado en unos taxis especiales” llamadas partículas de HDL  (“colesterol bueno”), LDL (“colesterol malo”) y otras muchas, de tal manera que cuando se eleva el colesterol total en la sangre, en la mayoría de los casos se debe al incremento en el colesterol malo (LDL) y disminuye el “colesterol bueno” (HDL), siendo esta  “la peor combinación” .
     
Las cifras normales de colesterol total (CT) deben ser menores a 200 mg , el colesterol bueno (HDL) debe estar arriba de 40 mg en mujeres y 50 mg en los hombres, y el colesterol malo (LDL) debe ser menor a 130 mg en personas jóvenes, pero si se tienen factores de riesgo cardiovascular debe ser menor a 100mg y en el caso de los diabéticos y en quienes ya han tenido un infarto o embolia debe ser menor a 70 mg. 

Hoy en día existen medicamentos maravillosos que logran reducir los niveles de colesterol malo de manera satisfactoria; siempre y cuando no se suspendan, ya que el colesterol se elevará nuevamente. No debemos olvidar que si queremos controlar el colesterol, la alimentación es muy importante, y  el consumo de alimentos de origen animal y ricos en grasa saturada (grasas trans) deben disminuirse.
Existen otras grasas también muy importantes en nuestro metabolismo llamados “triglicéridos”, los  cuales se forman de una partícula de glucosa (azúcar) a la que se le pegan 3 cadenas de ácidos grasos.  La principal función de los triglicéridos es “almacenar energía” ya que cuando no se han ingerido alimentos, los triglicéridos “se rompen” en glucosa y ácidos grasos y esta glucosa se utiliza primariamente para que al entrar en las células produzca energía y por otro lado, los  ácidos grasos que se liberan de los triglicéridos, también entraran a las células para transformarse en energía. 
Los triglicéridos son transportados en la sangre en los mismos “taxis” que el colesterol, y el aumento en la sangre de estas partículas ricas en triglicéridos también produce aterosclerosis e infartos.
Para disminuir los altos  niveles de triglicéridos en la sangre es necesario reducir el consumo de carbohidratos (azúcares) y lípidos (grasas): evitar comida frita, golosinas, refrescos, malteadas, helados, panes, frituras etc.
 Recuerda, que cuando hayas modificado tus hábitos alimenticios y /o recibas tratamiento para la dislipidemia, deberás realizar una evaluación de laboratorio (perfil de lípidos) después de un mes y tu médico podrá evaluará si la terapia es suficiente o no. Un error frecuente, es pensar que ya está todo arreglado y suspender el tratamiento ya que de manera rápida aumentaran de nueva cuenta las cifras de colesterol y/o triglicéridos.  Es muy probable que si tu médico te prescibió algún tratamiento, este deberá durar mucho, mucho tiempo, probablemente de por vida. No temas, esto podrá evitarte que sufras un infarto o embolia algunos años después.    

Ejercicio

La actividad física (muscular) repetida, es de gran utilidad para mejorar tu estado de salud ya que contribuye a alcanzar un peso saludable, aumenta el tamaño de los músculos y disminuye la grasa corporal,  mejora la osificación (dureza) de tus huesos , mejora el estado y la función de las articulaciones, mejora la actividad del sistema de defensa (sistema inmune).
Se han hecho muchos estudios para identificar que tanto ejercicio es conveniente realizar y en base a ellos se calcula que si se practica ejercicio aeróbico (“de movimiento”) durante 30 minutos al día de 5 a 6 días de la semana  (150 minutos por semana), mejorará de manera significativa tu estado de salud.

Otros estudios realizados en personas con sobrepeso y prediabetes (que tienen cifras de azúcar en sangre en ayunas de 101 a 125 mg), si se someten a la práctica de ejercicio aeróbico, pueden reducir casi un 40% las posibilidades de desarrollar diabetes. ¿no te parece muy importante?
También existe evidencia de que si se realiza actividad física rutinaria  se puede reducir hasta un 50% el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares  e incluso la aparición de ciertos cánceres como por ejemplo de colon, próstata, mama y ovario.

 
A continuación mencionaremos  algunos de los beneficios de practicar ejercicio:


  1.       Disminución del peso corporal
  2.       Disminución de la grasa corporal
  3.       Mejoría de la presión arterial
  4.       Mejoría de la estructura de sistema osteomuscular ( huesos, tendones, articulaciones)
  5.       Mejoría del sistema inmune
  6.       Mejoría de la función cardiaca
  7.       Mejoría de la capacidad pulmonar
  8.       Mejoría en el control de la glucosa (diabetes)
  9.       Mejoría de las dislipidemias ( del colesterol bueno, del colesterol malo, de  triglicéridos)
  10.       Reducción del riesgo de infarto y embolia
  11.       Reducción del riesgo de sufrir algunos cánceres
  12.       Mejoría de la calidad del sueño
  13.       Mejoría del estado de ánimo
  14.      Sensación de bienestar (aumento de endorfinas cerebrales)   


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